¿Sabías que el entrenamiento duro e inteligente solo forma la mitad de un cuerpo atlético? Pues así es, porque la otra mitad se sustenta sobre una nutrición sana y orientada a tus objetivos.
Tanto si quieres ser más rápido, fuerte o persistente, como si quieres perder grasa o ganar musculatura, tu dieta y tus hábitos alimenticios tienen un papel clave. Es la combinación perfecta: entrenamiento y nutrición, juntos y revueltos.
Muchas veces tenemos la creencia que para hacer un buen tiempo en una carrera, solo debemos entrenar fuerte. Un buen plan de alimentación puede ayudarte a conseguir que tus entrenamientos sean mucho más intensos, que asimiles mejor la carga, que los niveles de adaptación sean mayores, y que disfrutes aprendiendo a conocer lo que mejor te viene en cada momento de tu planificación deportiva.
Por lo tanto, es muy importante que confíes tu nutrición a quien sepa gestionarla con inteligencia de forma que exista una estrecha relación de tu programa de nutrición con tu entrenamiento. Ambos deben estar 100% coordinados.
Los programas nutricionales coordinados con los programas de entrenamiento, no consisten en depender de la orientación de un nutricionista para siempre. Consiste en conseguir un método fiable que cambie tus hábitos alimenticios de forma personalizada y siempre acorde a la actividad deportiva que realices en tu vida diaria.
Se trata pues de aprender a comer de manera saludable, variada y acorde a tus necesidades nutricionales y objetivos, tanto personales, como deportivos.
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